martes, 5 de diciembre de 2017

El Club S.A.B.E.R. de Parque Chas cumplió 91 años

Este antiguo club de barrio, tiene la particularidad de llamarse S.A.B.E.R. –así, como una sigla- dado a que en 1936 pasó a denominarse Sociedad de fomento Agronomía y Biblioteca popular El Resplandor. Sí uno observa las mayúsculas en esas iniciales queda formada la sigla. Actualmente, la institución está presidida por Susana Borda, y se encuentra en plena recuperación en el plano social y deportivo.

El club puede sostenerse hoy en día gracias a las cuotas sociales de sus cerca de quinientos socios efectivos y a otros ingresos, tales como alquileres de la cancha y del salón, colaboraciones o subsidios por parte del gobierno porteño.
Cabe destacar que S.A.B.E.R fue uno de los clubes más activos contra el tarifazo de servicios públicos que se dio el año pasado; haciendo una presentación para pedir una medida cautelar –en conjunto con otros clubes barriales que forman parte del Registro Único de Instituciones Deportivas de la Ciudad- contra el aumento de las tarifas de electricidad, basándose en el artículo 16 de la Ley Nacional Nº27.098 que contempla el acceso a la tarifa social básica de servicios públicos para los clubes de barrio.
Si bien la sigla que le da nombre data de 1936, en realidad el club nació el 1º de diciembre de 1926, cuando fue fundada la Unión Vecinal Pro-Fomento Agronomía en una vivienda ubicada en Llerena 3163, barrio que con los años sería llamado Parque Chas. Con esta institución, también fue fundada una pequeña biblioteca, que organizaba en aquellos tiempos el director de una escuela próxima creada por el célebre educador y filántropo William C. Morris. También se hacían algunas actividades deportivas en la naciente entidad, principalmente fútbol.
Algunos años más tarde, cinco muchachos que se habían reunido en una casa de Campillo 2863 fundaron una biblioteca popular que fue denominada “El resplandor en el abismo”, en alusión a una obra un tanto polémica publicada por Henry Barbusse, pensador francés. Estos cinco muchachos eran Francisco Abalo, Miguel Casalnuovo, Emiliano Esteban, Juan Pariani y Cristóbal Romero; y fijaron el objetivo común de: “Propender a la elevación cultural e intelectual del pueblo, así como también solicitar a quien corresponda las mejoras y aspiraciones del vecindario, desde una entidad abierta a toda persona, sin distinción de edad, sexo, nacionalidad, creencias y color”.
El gran problema de estas dos instituciones fundadas en lo que hoy es Parque Chas era que no contaban con una sede propia. La biblioteca popular fue creciendo y tuvo que hacer varias mudanzas; a Llerena 3066, luego a Campillo 2799 y más tarde a Llerena 2636, siempre a lugares que le fueron cediendo vecinos solidarios.
En la denominada “Década Infame”, por septiembre de 1930, la biblioteca debió cambiar su nombre original “El Resplandor en el abismo” por uno menos sospechoso: “El resplandor”. Sin embargo, siguió siendo muy concurrida por hombres y mujeres de la zona, que había sido reconocida por el Ministerio de Educación de la Nación en 1929 como Biblioteca Popular y registrada por la CONABIP.
En una fecha no determinada se fusionaron la Unión Vecinal Pro-Fomento Agronomía y la Biblioteca Popular El Resplandor, alquilando el predio en donde funciona el club S.A.B.E.R actualmente, es decir en Llerena 2725/27/29. En 1936, esta unión tomó el nombre de Sociedad de Fomento Agronomía y Biblioteca Popular El Resplandor, quedando oficializada en 1945 como “S.A.B.E.R. Asociación de Fomento Edilicio Agronomía y Biblioteca Popular El Resplandor”.
Desde aquel año el club se mantuvo con múltiples actividades, para gente de todas las edades: ajedrez, básquet, bochas, tenis-paleta. Hubo numerosas charlas, recitadas de poetas,  muestras de artistas plásticos, recitales, representaciones teatrales, peñas folklóricas, cenas, bailes familiares con grabaciones o presencia de orquestas. Se organizaban excursiones, como por ejemplo viajes para hacer picnics en las costas de Quilmes y Vicente López. En el S.A.B.E.R se festejaron carnavales y se llenaba el club y las cuadras aledañas de gente que formaba pistas de baile. En otros tiempos, los socios contaban con atención médica o vacunación o con asesoramiento jurídico y notarial.
Y después de varios años de crisis, el club se dio el gusto de festejar sus 91 años y sigue vigente haciendo honor al estatuto de sus fundadores.

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