martes, 2 de enero de 2018

Los viejos carnavales en el Club Comunicaciones

El Club Comunicaciones, ubicado en el barrio de Agronomía, fue fundado el 15 de marzo de 1931. Es conocido en el país actualmente por su equipo de fútbol, que milita en la Primera B Metropolitana, tercera categoría del fútbol argentino, para los clubes directamente afiliados a la AFA (Asociación del Fútbol Argentino). Pero entre la década del ´30 y del ´70 este club era popular por los bailes y carnavales que allí se celebraban.
El club nació por empleados de la compañía de Correos y Telégrafos, de ahí adopta su apodo, “los carteros”. En un principio se llamaba “Club Atlético Correos y Telégrafos”, pero más adelante pasó a ser sencillamente Club Comunicaciones, luego de una asamblea en el año 1953 cuando el entonces presidente Juan Domingo Perón cedió esos terrenos a los empleados del correo, para que pudieran utilizarlo como un club social y deportivo. Adoptaron los colores amarillo y negro, por ser el distintivo de los colores internacionales del correo.
Por muchos años, el club fue sede de los Carnavales de Radio Mitre. El musicalizador de estos eventos era el célebre Mochín Marafioti.
Entre las décadas del 20 y del 70, el carnaval en la Ciudad de Buenos Aires era participativo y pleno de artistas populares, desde D’arienzo hasta Sandro.
Los festejos comenzaron siendo en “blanco y negro” pero con los años sumaron colores fulgurantes. Los afiches, pegados por toda la Ciudad, promovían el slogan “8 Grandes Bailes 8”, en referencia al número de bailes de carnaval que se harían en toda la Capital Federal y aunque a veces podían ser menos, pero nunca por debajo de 5.
La tradición de los bailes de carnaval fue algo histórico en Buenos Aires. Ya en 1921, en el Teatro de la Opera, animaba la velada la gran orquesta de Francisco Canaro, un prócer tanguero que había reunido a 12 bandoneones, 12 violines, 2 cellos, 2 pianos de cola y hasta una flauta y un clarinete, algo inusual en ese tiempo. También, pero en el Teatro San Martín, Julio De Caro amenizaba bailes con una orquesta de 40 músicos.
Esta escena se repetía en muchos teatros (entre ellos Coliseo, Politeama, Casino, Victoria, Astral, Smart o el Pueyrredón de Flores, entre otros) donde se improvisaban pistas de baile. En esa movida estuvo incluido hasta el Teatro Colón, que desde 1931 y durante varios años presentaba a las orquestas del mismo De Caro, así como la de Enrique Santos Discépolo y Arturo de Bassi. Pero unos años después aquello se extendió a los clubes que competían por tener presentes a las orquestas de mayor renombre. Directores como Carlos Di Sarli, Juan D’Arienzo, Aníbal Troilo o Alfredo De Angelis le ponían tango a los encuentros en Racing, River, Independiente, San Lorenzo, Atlanta, Vélez, Chacarita, Ferro, Almagro, Comunicaciones, Municipalidad, Villa Malcolm, Regatas de Avellaneda, Centro Lucense, Centro Asturiano, Unidos de Pompeya o el Darling Tennis de La Boca.
En varios de esos lugares se lucía “la orquesta de todos los ritmos”, como llamaban al grupo de Enrique Rodríguez que interpretaba tangos, foxtrots, pasodobles y rumbas. Otro grupo convocante era la orquesta Los Antillanos. En una de sus actuaciones en el Centro Asturiano, la orquesta presentó a una nueva cantante, una chica de 17 años, que años después se hizo famosa como Valeria Lynch.
En la década del 60 y primera parte de los 70, los bailes en los clubes llegaron a su punto culminante. Y, además del negocio del buffet, las distintas instituciones ponían a figuras importantes sobre los escenarios. Quizás el mejor ejemplo sea el de San Lorenzo, con sede en el Viejo Gasómetro de avenida La Plata. Lo llamaban “el carnaval mayor de Buenos Aires” y por allí pasaron Sandro, Palito Ortega, Joan Manuel Serrat, Leonardo Favio, Roberto Carlos, Los Wawancó, Los Gatos, Manal y muchos otros populares como Bárbara y Dick, Katunga, Pomada, Pintura Fresca y hasta el grupo folklórico Los del Suquía. En otros sitios se había optado por las “selectas grabaciones” y los que convocaban eran conocidos conductores como Mochín Marafiotti, Miguel Angel Merellano, Rubén Machado, Leo Rivas, Edgardo Suárez o Juan Alberto Mateyko. Allí, además de ir a bailar, la gente “jugaba” al carnaval lanzando el contenido de las botellitas de lanzaperfume o con la “nieve” envasada en aerosoles.
Con la dictadura militar, el carnaval empezó a perder terreno. Si bien con la vuelta de la democracia en parte resurgió, los festejos ya nunca volvieron a ser lo que eran.
En cuanto al Club Comunicaciones específicamente, en los últimos años del siglo XX, sufrió una crisis económica como resultado del desfinanciamiento provocado por la privatización del Correo Oficial de la República Argentina, dispuesto por el gobierno de Carlos Saúl Menem. Hasta ese entonces, el club se financiaba principalmente por aportes que provenían de la obra social de los empleados postales. En el año 2000, Comunicaciones tuvo que enfrentar un Decreto de Quiebra; con el antecedente de lo ocurrido con Racing Club, la Justicia dictaminó que un órgano de Fideicomiso proceda a administrar la entidad deportiva. En 2002, por orden judicial, el establecimiento educativo del club fue separado del mismo. Actualmente siguen funcionando el Instituto Comunicaciones Cooperativa de Trabajo Limitada –fue recuperado por los mismos docentes que trabajaban allí-, que tiene un jardín de infantes, colegio primario y secundario. En 2009, la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires condonó la deuda por impuestos que el establecimiento mantenía con el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. En octubre de 2010, el gobierno porteño aprobó pagar la deuda del club, de 11 millones de pesos. En esta operación, la institución tuvo que cederle al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires un total de seis hectáreas que serán licitadas para la construcción de un espacio cubierto para eventos múltiples. En 2012, la Cámara de Apelaciones en lo Comercial falló contra Hugo Moyano en la disputa por el club. Los camaristas decidieron revocar la sentencia que había entregado a la Mutual de Camioneros de Moyano por tres millones de dólares un predio valuado en 167 millones de dólares.
Actualmente, en el club se desarrollan varias actividades deportivas y sociales. A nivel deportivo, cuenta con: baby fútbol, béisbol, básquet, boxeo, fútbol de AFA, fútbol sala (FutSal), gimnasia artística, gimnasio, levantamiento olímpico de pesas, handball, hockey sobre césped, hockey sobre patines, lucha olímpica, patín artístico, pelota paleta, polígono de tiro, yoga, taekwon-do, tenis con paleta, tenis inglés y voleibol femenino. Aparte, el Club Comunicaciones cuenta con 16 héctareas, que incluyen tres piletas, quinchos, parrillas, plazas de juegos infantiles, gimnasios, vestuarios, confiterías y un restaurante. Además posee 16 canchas de tenis, canchas de paddle, tres canchas de fútbol auxiliares, el estadio de fútbol, canchas de fútbol 5, dos canchas de pelota paleta, canchas de tenis criollo, frontones, dos canchas de rugby, canchas de tejo, sala de masajes y relax y sauna.
El estadio principal del club se llama Alfredo Ramos, está ubicado en la avenida San Martín 5125 y tiene capacidad para 3.500 espectadores.
A nivel fútbol profesional, Comunicaciones logró 3 torneos nacionales de Primera C, en 1969, Clausura 2005 y la Temporada 2004/2005. También ganó uno en Primera D, el Apertura 1996. Logró también otros cuatro ascensos: a Primera B en 1991-1992 por Torneo Permanencia, a Primera B en 1986 por reestructuración, a Primera C en 1997 por Torneo Reducido y a Primera C en 1963 por reestructuración.
Sus rivales futbolísticos son General Lamadrid, de Villa Devoto, Excursionistas (del Bajo Belgrano) y Defensores de Belgrano. También hay “pica” con el vecino Atlanta y con All Boys, del barrio de Floresta. En tanto, existe “amistad futbolística” con Colegiales, cuya cancha está en Munro y Midland, del barrio Libertad, en el oeste del Gran Buenos Aires.
Algunos de los hinchas famosos de “Comu” son el cómico Nazareno Casero y el ex árbitro Luis Oliveto.

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