lunes, 23 de julio de 2018

Tombolini: “Hay que evitar que la crisis la paguen los asalariados y jubilados”

Fuente: Noticias Urbanas

Días atrás se conoció el plan que el equipo económico de Sergio Massa ideó para combatir la crisis que viene azotando al país en los últimos tiempos. El programa incluye propuestas para combatir la inflación –como la eliminación del IVA a la canasta básica de alimentos y la sanción de la ley de góndolas, que busca evitar el incremento abusivo de los precios de los alimentos por parte de los intermediarios–; limitar el aumento de las tarifas (que no superen la suba de los salarios); suspender embargos y ejecuciones de la AFIP por 180 días; liberar paritarias para recuperar el poder de compra; fijar un bono de emergencia para los cuatro millones de jubilados que perciben el haber mínimo; aumentar programas sociales utilizando los 18 mil millones de dólares que autorizó el FMI en ese sentido; establecer un régimen de flotación del dólar administrado por el Banco Central; declarar la emergencia aduanera por 180 días para terminar con la fuga de dólares y proteger la actividad económica actual, y establecer un régimen de promoción de exportaciones.
“Desde la oposición, queremos aportar a que el país pueda atravesar la crisis de la mejor manera”, afirma el economista Matías Tombolini, quien integra el grupo redactor, junto a Aldo Pignanelli, Ignacio de Mendiguren y Marco Lavagna. Ante Noticias Urbanas, Tombolini, quien actualmente preside el Consejo Económico y Social de la Ciudad de Buenos Aires (Cesba), subraya: “No nos quedamos solo en la crítica, sino que generamos esta propuesta y la hicimos pública porque entendemos que la situación actual es muy complicada y que en el próximo semestre se va a complicar más”.

–¿Por la recesión?

–La Argentina, técnicamente, todavía no entró en recesión, pero podemos llegar a entrar si no se corrigen ciertas cosas. Y la recesión se sabe cuándo empieza pero no cuándo termina.

–¿La solución es el ajuste, como plantea el Gobierno?

–La cuestión es, si vas a ajustar, ver quiénes son los que deberían hacerse cargo de la crisis de ahora en más. Porque el ajuste a los trabajadores y a la clase media ya se hizo: desde que asumió el nuevo gobierno, la luz subió el 1.043 por ciento; el gas, un 505 por ciento; el agua, un 493 por ciento; el transporte público, un 114 por ciento, pero el salario mínimo vital y móvil solo aumentó un 79 por ciento, y la Asignación Universal por Hijo y la jubilación mínima, un 88 por ciento. Por eso planteamos que la luz, el agua y el gas no aumenten más que los salarios. La luz se incrementó trece veces más que el salario mínimo. Y la inversión que debían hacer las empresas de servicios públicos mucho no se observa. Entonces, insisto: ¿la solución es ajustar un poco más, como quiere el Gobierno, o tomar medidas que distribuyan los costos de la crisis y nos permitan retomar un sendero de crecimiento? El tema es dónde se pone el foco de la política pública. Nosotros proponemos, entre otras cuestiones, bajar el IVA a los alimentos en la canasta básica, aumentar la competitividad en las góndolas y crear un escenario en el que llegar a fin de mes sea más fácil, sobre todo para los jubilados y pensionados.

–Macri asegura que el camino trazado por el Gobierno es el correcto y les pide un esfuerzo a los argentinos. ¿Usted qué opina?

–Que lo que hay que discutir, precisamente, es cómo se reparte el esfuerzo. Ese es el problema de fondo: quién va a pagar el ajuste en un país en el que la moneda se devaluó un 50 por ciento en un año. ¿No es hora de que las mineras, a las que les bajaron las retenciones, pongan un poquito? Lo mismo: ¿qué pone el campo? ¿Qué ponen los bancos? A Cambiemos, cuando asumió el Gobierno, los argentinos le depositaron su confianza, pero hasta ahora tenemos más explicaciones que resultados.

–¿Es un gobierno para los ricos, como suele criticársele?

–Mi sensación es que en la Argentina las ganancias se administran y las pérdidas se socializan. Las autoridades les hablan a los mercados y los mercados les dan la espalda. Hay que darle señales a la gente común de este país, que es el verdadero mercado. Vamos camino a un dólar de 33 o 35 pesos y a una inflación del 35 por ciento anual, mientras que los sueldos suben diez puntos menos. El salario de la gente, hasta acá, no fue considerado como algo central por el Gobierno. Nosotros, en cambio, promovemos que haya una discusión paritaria libre. Empecemos a concentrarnos en cómo hacemos para que los que viven de un salario sean los socios minoritarios en la distribución de los costos de esta crisis, y los mayoritarios, aquellos sectores que fueron más favorecidos por el Gobierno y que, hasta ahora, no hicieron ningún sacrificio. Para el asalariado y el jubilado, llegar a fin de mes es más difícil hoy que el año pasado. Es cierto que hay que cumplir con el FMI, pero empezando a pensar desde el que sufre en la economía argentina, en lugar de seguir una hoja de ruta escrita por gente a la que nunca le faltó nada.

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