lunes, 16 de abril de 2018

Cada vez menos se acepta un piropo como demostración de amor

Algunos ven al piropo como una de las formas de violencia de género. Más allá de que pueda ser portador de un halago muchos lo ven como una forma de acoso. Otras consideran que es parte de una cultura machista que perdió valor en los tiempos que corren.

Si pensamos en el origen de la palabra “piropo”, esta proviene del latín y significa “ojos de fuego”. El “piropo” es en realidad un mineral de coloración rojiza que se conoce desde los inicios de la humanidad, parte de la familia de los granates, una de las 12 piedras biblícas, utilizada en joyería desde la antigüedad, considerada la gema del amor. Los jóvenes que deseaban ganarse el corazón de una joven solían regalarles estas piedras conocidas como “piropos”. La palabra empezó a usarse en sentido simbólico y ciertas frases reemplazaron al regalo material. Cuando la frase es violenta la mayoría siente angustia, bronca, inseguridad, miedo, rabia y evita contestarla porque a cambio reciben una burla. La Ciudad de Buenos Aires  sancionó una ley que define al “acoso callejero” como una contravención, por lo que es posible que se denuncie en una comisaría o en una fiscalía esta forma de violencia, aunque falta aún  una campaña de sensibilización y difusión. Con el fin de construir en nuestro país el Mapa del acoso sexual callejero se creó una aplicación gratuita para celulares y computadoras. En la "Semana Internacional de Lucha contra el Acoso Callejero", el "Movimiento MuMaLá" (Mujeres de la Matria Latinoamericana) lanzó una "Mumalapp". La aplicación para teléfonos celulares con sistema Android podrá ser usada para  denunciar situaciones de violencia de manera anónima. Raquel Vivanco, coordinadora nacional de MuMaLá y presidenta del "Observatorio Ni Una Menos", señaló que la app surgió como respuesta a una encuesta en donde el 100% de las mujeres “piensa estrategias para sentirse seguras en el espacio público”. La aplicación, que puede bajarse a celulares o a la cual se puede acceder desde una computadora a través del siguiente link: www.observatorioniunamenos.org.ar/mapaacoso, recibe denuncias anónimas sobre "cualquier manifestación que atente contra nuestra integridad en el espacio público". El mapa busca poner en relieve cada situación: edad de la víctima, el lugar del acto y la situación sufrida. La presidenta del "Observatorio Ni Una Menos" remarcó que hay dos cuestiones ineludibles a la hora de pensar en revertir esta problemática: una es la educación, otra, la generación de políticas públicas. La educación es un lugar clave para el cambio deseado.

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