lunes, 23 de enero de 2017

Obras en “stand by” en la escuela Petronila Rodríguez, de Parque Chas

Tras la denuncia de irregularidades por parte de vecinos y padres de alumnos de la Escuela N° 27 del Distrito Escolar 15 “Petronila Rodríguez”, situada en Andonaegui 1532, barrio de Parque Chas, se resolvió que por el momento se detendrá una obra dentro del colegio. Los denunciantes afirmaron que no se consultó previamente a la Comisión Cooperadora y que el Gobierno de la Ciudad había empezado con una obra de adecuación a la Ley de Accesibilidad, que se estaba resolviendo de forma precaria.
El mes pasado, un grupo de familias que componen la comunidad educativa de este establecimiento emitieron un comunicado, en el que afirmaron que la adecuación a la Ley de Accesibilidad no prevé la construcción de una rampa de acceso ni de un baño adecuado para personas con movilidad reducida. En realidad, el proyecto del Gobierno porteño era el de instalar un ascensor hidráulico para cumplir con dicha ley. Pero este reduciría los espacios existentes para el funcionamiento correcto de la escuela, debido a que estaría planeado ubicar el ascensor en donde hoy funcionan la sala de Primer Grado B y la sala de maestros.
El comunicado en cuestión, emitido en diciembre, decía lo siguiente: “Dicha obra agrava la situación espacial  actual de la escuela, que  viene  asociado con un incremento de matrícula importante desde hace varios años. En el año 2017 el  aumento será de un 20%  de alumnos en la matrícula de ingresantes a primer grado, de 39 alumnos pasan a ser 50. Mientras tanto, la infraestructura edilicia continua siendo  la misma, es decir, que la capacidad del comedor, de los baños, de los espacios comunes y de las aulas que resultaban insuficientes hasta ahora,  lo será aún más con la disminución de los espacios disponibles y con el aumento de matrícula previsto. Durante la última semana la empresa constructora ya comenzó la obra sin exhibir los permisos legales correspondientes. Levantaron el piso de una de las aulas antes de finalizado el ciclo sin ningún tipo de seguridad en la obra para los niños y niñas ni para los obreros. La comunidad está sumamente preocupada frente a estas irregularidades. Aumenta la preocupación el no haber podido acceder a documentación que acredite el cuidado del edificio que cuenta con protección histórica, donde se verifique que la obra licitada haya sido evaluada y examinada por el Área de Protección Histórica dependiente de la DGIUR ni saber si se han analizado mejores alternativas o en su defecto, con un menor impacto para el funcionamiento del establecimiento. Cabe destacar también que se solicitaron varias reuniones a distintos funcionarios del Gobierno de la Ciudad que nos fueron negadas. Solo se presentó un funcionario de infraestructura de apellido Nielsen, a quien se le solicitó aplazar el inicio de la obra hasta tanto contáramos con las garantías necesarias de que iban a ser escuchadas nuestras sugerencias y requerimientos, pero esto no sucedió, se dio inicio a la obra a pesar de todo, con nuestros hijos e hijas terminando su periodo escolar, perturbando la tranquilidad a una semana de terminar las clases”.
Después de la repercusión del comunicado, algunos de los padres de la escuela tuvieron una reunión con Marcelo Bruno, director general de Educación Primaria y su director adjunto, Norberto Ares. Los dos se desempañan como supervisores escolares de carrera y aparte Ares es arquitecto, por lo que le encomiendan algunas cuestiones de infraestructura escolar, relacionadas con lo pedagógico.
La reunión fue en buenos términos y tras ella, algunos padres comentaron que Marcelo Bruno conocía la situación de la escuela y que había informado al respecto a la ministra de Educación Sol Acuña, como así también a la supervisora del distrito. Aparentemente, los funcionarios comprendieron la situación de la escuela en cuanto a la falta de espacios y la preocupación de los padres por el posible aumento de la matrícula, problemas agravados por la obra en cuestión.
Tras el encuentro, los funcionarios se comprometieron a ir a la escuela junto con la supervisora a mediados de febrero, mes en que se retoman las actividades escolares; con el objetivo de evaluar la situación edilicia de forma integral y para recibir propuestas sobre distintas alternativas para resolver este problema. Por su parte Marcelo Bruno afirmó estar dispuesto a firmar un compromiso escrito en el que se determinaría no aumentar la matrícula de esa escuela a partir del año 2018. Los padres, en tanto, dijeron estar dispuestos a seguir el diálogo en forma activa en los próximos meses.

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