miércoles, 3 de febrero de 2016

Mirador Comastri, un faro que en el pasado irradió luz sobre la ciudad.

En el siglo XIX, dos jóvenes enamorados, oriundos de la región italiana de Toscana, Agustín y Clementina deciden unir sus vidas. Eran tiempos difíciles en Europa por lo que Agustín  luego de comprometerse con Clementina que era la novia que tenía en su pueblo cruza el océano hacia la Argentina para trabajar la tierra e intentar suerte en el Nuevo Mundo.
En 1861 se casaron en Buenos Aires en la Iglesia Nuestra Señora de La Piedad del barrio de San Nicolás. Al principio viven en Buenos Aires hasta que deciden comprar tierras en la Chacrita de los Colegiales, que por entonces era territorio de la Provincia de Buenos Aires e instalarse en una pequeña casa.
Con el paso del tiempo adquieren un terreno de importantes dimensiones rodeado de olivos, magnolias y palmeras de  gran altura. El predio comprendía una importante extensión de tierra que en la actualidad se ubicaría entre las avenidas Corrientes, Córdoba, Serrano y Dorrego, con un total aproximado de 60 manzanas que hoy forman parte de los barrios de Villa Crespo, Palermo, Colegiales y Chacarita.
En el año 1875 construyó su mansión de estilo italiano con su imponente mirador, que servía para vigilar la llegada de los malones. Comastri le encargó al arquitecto Eugenio Biagini una casona para su numerosa familia al estilo de las señoriales viviendas campestres llamadas “villas” o villas palladianas.
Las villas palladianas se distinguen de las villas romanas y de las villas mediceas toscanas dado que no se destinaban sólo al ocio de sus propietarios, sino que eran también centros de producción. Estaban rodeadas de grandes extensiones de campos y viñedos e incluían almacenes, establos y depósitos para el trabajo del campo.
La residencia tenía dos plantas de distintas dimensiones y en el centro de la parte superior  la torre, coronada por una cúpula adornada con vidrios de colores.
La casa estaba ubicada en la manzana delimitada por las calles Loyola, Bonpland, Aguirre y Fitz Roy.
La torre contaba con un reloj, un pararrayos (el primero en la ciudad) y una gran lámpara alimentada con gas que se encendía por las noches para orientar a los que llegaban al lugar. Fue diseñada al estilo de la Catedral de Santa María de los Ángeles, de Florencia, Italia.
La casa tenía también un sótano que continuaba hacia el Este llegando hasta el arroyo Maldonado, distante 350 metros, para permitir una salida en casos de peligro, muy frecuentes en aquellos tiempos.
Allí sus dueños se dedicaron a  la horticultura, cultivaron árboles frutales, tuvieron viñedos y fabricaron ladrillos.
La Escuela de Educación Técnica número 34, “Ingeniero Enrique M. Hermitte” funciona hoy en el lugar, en la calle Aguirre 1473.
La casona fue testigo de innumerables momentos de la historia de nuestro país. El Mirador fue visitado por destacados políticos y militares, según cuenta la tradición familiar; pasaron por  la casa  Avellaneda, Roca, Pellegrini, los hermanos Campos y Mitre.
Al parecer Mitre e Irigoyen encontraron en el lugar un refugio en diferentes momentos de la historia del país.
Segun algunos historiadores, en el Mirador tuvo su escondite Yrigoyen mientras se gestaba  el movimiento cívico de 1893.
En 1890, la recién creada Unión Cívica, dirigida por Leandro Alem y Bartolomé Mitre, organizó ese año una insurrección armada, la Revolución del 90, que terminó derrotada. Entonces la Unión Cívica se preparó para la elecciones presidenciales de 1891, llevando a Bartolomé Mitre. Inmediatamente el jefe del oficialista Partido Autonomista Nacional, Julio A. Roca, buscó dividir a la oposición ofreciéndole en privado a Mitre encabezar una fórmula de unidad nacional. Ante la aceptación del acuerdo por parte de Mitre, Leandro Alem rompió la Unión Cívica y fundó la Unión Cívica Radical, que proclamó a Bernardo de Irigoyen como candidato a presidente.
La Unión Cívica Radical, creada en 1891 por Leandro N. Alem, protagonizó dos fallidas revoluciones armadas en 1890 y 1893 impulsada por el fraude electoral generalizado. El sistema de "voto cantado” instalaba un mecanismo electoral en el que era imposible garantizar elecciones libres. La primera dirigida por Hipólito Yrigoyen y Aristóbulo del Valle. La segunda, dirigida por Leandro Alem.
Los fracasos políticos y militares llevaron a la Unión Cívica Radical a quedar prácticamente disuelta para 1897. En 1903 Hipólito Yrigoyen comenzó su refundación y reorganización y en 1905 dirigió un levantamiento armado conocido como la Revolución de 1905, que aunque fracasó logró presionar lo suficiente al partido oficialista como para producir una fractura interna que llevó a la sanción de la Ley de Voto Secreto en 1912. La primera elección presidencial realizada bajo el sistema de voto secreto dio la victoria a la Unión Cívica Radical y transformó en 1916 a Hipólito Yrigoyen en el primer presidente argentino elegido en elecciones limpias.
Los fracasos políticos y militares llevaron a la Unión Cívica Radical a quedar prácticamente disuelta para 1897. En 1903 Hipólito Yrigoyen comenzó su refundación y reorganización y en 1905 dirigió un levantamiento armado conocido como la Revolución de 1905, que aunque fracasó logró presionar y llevó a la sanción de la Ley de Voto Secreto en 1912. La primera elección presidencial realizada bajo el sistema de voto secreto dio la victoria a la Unión Cívica Radical y transformó en 1916 a Hipólito Yrigoyen en el primer presidente argentino elegido en elecciones limpias.
La casona fue refugio de los rebeldes según  relatan los testimonios al parecer revolucionarios mitristas se refugiaron en esta villa después de ser vencidos en el combate de La Verde.
La batalla de La Verde fue un combate entre las fuerzas nacionales al mando del teniente coronel  Arias y las revolucionarias, dirigidas por Bartolomé Mitre, que dio fin a la revolución de 1874 en la provincia de Buenos Aires.
La derrota electoral de  Mitre en las elecciones de 1874 frente a Nicolás Avellaneda hizo estallar una revolución de su partido, con la excusa de que éste había triunfado gracias al fraude.
Cuando los mitristas se dirigían al norte de la provincia, se encontraron con el Regimiento de Infantería número 6 "Arribeños", al mando de su jefe, el teniente coronel Arias, de las fuerzas nacionales que se había instalado en la estancia La Verde (partido de Veinticinco de Mayo), cavando varias fosas defensivas.
La desventaja numérica de Arias podía ser compensada sólo por la excelente posición defensiva, y la disciplina profesional de sus hombres del 6 de Infantería, veteranos de la guerra del Paraguay.
Mitre supuso que la diferencia numérica era suficientemente amplia como para asegurarle la victoria, y ordenó un ataque en masa de todos sus hombres, la enorme mayoría de los cuales eran de caballería. Tras cuatro horas de lucha, sin embargo, había perdido más de mil hombres, incluyendo varios oficiales superiores, entre los cuales el más destacado fue el coronel Francisco Borges (de quien se dice que se hizo matar al ver que eran derrotados), abuelo del escritor Jorge Luis Borges y amigo personal de Arias.
Mitre, derrotado, se trasladó a Junín, donde permaneció unos días en la casa de  un amigo. Pero Arias se dirigió hacia allí, forzándolo a rendirse con lo que la revolución fracasaba y el gobierno de Avellaneda podía continuar su mandato en paz.
Agustin Comastri murió el 9 de marzo de 1891, a los 61 años de edad, y su compañera Clementina lo sobrevivió hasta el 12 de setiembre de 1918. En 1885 el futuro de Comastri empezó a complicarse: le expropiaron parte de sus tierras para hacer el “Ferrocarril al Pacífico”, para ampliar el Cementerio de Chacarita y la compañía financiera en la que había depositado sus ahorros quebró.
Cuando el Comastri muere las tierras se dividieron entre la viuda y los 10 hijos, quedando solo en pie la manzana del Mirador. Es así como empieza a tener diferentes destinos. En la década del 20, los nuevos dueños alquilaron el lugar  al Consejo Nacional de Educación que instaló la “Escuela al Aire Libre” N° 4 , luego fue una residencia para estudiantes universitarios y más tarde a partir del año 1957, la ocupó la actual Escuela Nacional de Educación Técnica (ENET) N° 34, “Ing. Enrique Martín Hermitte”.
El  Mirador Comastri sin embargo, se salvó de la piqueta y hoy está en proceso de reconstrucción. Gracias a la iniciativa y movilización de los vecinos, de la colaboración del Centro Vecinal de Participación, de la Junta de Estudios Históricos de Chacarita y Colegiales, de la Asociación de Amigos del Parque Los Andes y el seguimiento persistente del arquitecto Raúl Comastri, entre otros, el edificio y el predio está en vías de recuperación.
Uno de los movimientos es Salvemos al Mirador,  trató de concientizar a la gente acerca de la importancia del mirador. El edificio pasó de manos del Ministerio de Educación al de Cultura porteño; en 2004 la Legislatura lo declaró Sitio de Interés Cultural y fue Catalogado con Protección Estructural por la normativa de Áreas de Patrimonio Histórico. Se cumplieron las dos primeras etapas de la restauración. Ahora falta una tercera etapa, que incluye remodelar el resto de las habitaciones, los jardines y “correr” el cuerpo posterior que no es original para volver la villa a su condición natural.
Los vecinos esperan que se transforme en un centro cultural. Faro de sueños y trabajo a la vera del arroyo Maldonado en el pasado  quieren que hoy  irradie aquella energía y voluntad a la ciudad de hoy.

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