jueves, 19 de junio de 2014

Las calles adoquinadas de la ciudad nos llevan a nuestro pasado.

A mediados del siglo 18 la ciudad de Buenos Aires tenía calles de tierra y cuando llovía por varios días se formaban charcos y pantanos algunos tan profundos que se colocaban centinelas en las calles para prevenir que no se ahogaran los habitantes del lugar, los transeúntes, los que viajaban a caballo y los que iban en las carretas tiradas por bueyes.
Sumado a las condiciones climáticas los vecinos estaban acostumbrados a tirar el agua servida a la misma calle. Al grito de “agua va” se tiraba el agua sucia a la calle la que corría según el desnivel del terreno hacia los albañales, lugar adonde se depositaba el agua residual de las casas.El empedrado era muy costoso por eso entre otras cosas se hicieron corridas de toros para solventar la obra.Entre 1790 a 1796 se empedraron  36 calles, con piedras traídas de la isla Martín García y el trabajo de los presos que realizaron la tarea.En   1822 con el gobierno de Rivadavia se completo el centro de la gran aldea y desde 1852 se comenzó a reemplazar muy lentamente, por adoquines.Los primeros adoquines llegaron a la Argentina como lastre en los barcos ingleses que trasportaban nuestras exportaciones hacia Europa en el siglo XIX.Más tarde se utilizó el granito de Tandil y Olavarría, que llegaban en tren a Buenos Aires. El Centenario de 1910 apresuró la pavimentación de la ciudad.En la ciudad de Buenos Aires aún se conservan alrededor de 4.500 cuadras con empedrado o adoquinado.En varios países de Europa se conserva el empedrado no sólo como testigo del pasado sino también por sus beneficios naturales.Aparte de su valor patrimonial cumple otras funciones como ser más permeable que el asfalto y  tener mayor durabilidad, entre otras.Dos leyes fueron sancionadas para protegerlo. La ley 65, que protegía solamente el empedrado que existía en las “vías secundarias, adyacentes y/o circundantes a monumentos y lugares históricos”.
Y la ley 4806 que en su  Artículo 1º.- Declárase integrantes del Patrimonio Cultural de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires en la categoría “Espacios Públicos” en los términos del Art. 4º inc. c) de la Ley 1227 las calles construidas con adoquinado granítico, que se integren en el Catálogo Definitivo previsto en la presente Ley. http://www2.cedom.gov.ar/es/legislacion/normas/leyes/ley4806.html 
La Comisión de Preservación del Patrimonio Histórico Cultural de la Ciudad de Buenos Aires se vió entonces en la tarea de evaluar las calles empedradas existentes en la actualidad.La necesidad de hacer un relevamiento para poder hacer un inventario primero  con la realización de planos y elaboración de base de datos para llegar luego a un catálogo definitivo y definir cuáles son las calles que hay que proteger.En ese intento en la Comuna 15, la comisión de Ambiente y Espacio Público, junto a agrupaciones y vecinos han tomado nota de las calles empedradas existentes en la Comuna elaborando junto al Observatorio de Políticas Públicas planos y base de datos para poder realizar un inventario provisorio.Así se busca preservar los orígenes de la ciudad y reconocer a sus calles empedradas como parte de nuestra identidad y parte integrante del patrimonio cultural de nuestra ciudad.No sólo es importante su valor histórico sino como ya hemos dicho el empedrado  favorece el escurrimiento del agua, conserva más la humedad y produce menor calor que  el asfalto en las épocas de calor, además de actuar como un freno natural reduciendo la velocidad de los autos que disminuyen la marcha ante el terreno irregular de los adoquines.  

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