Es un asentamiento precario ubicado en La Paternal, detrás de la estación de tren de este barrio y al costado del puente Julio Cortázar. Su nacimiento fue en 2001, cuando era un pequeño lugar para los cartoneros, pero poco a poco fue creciendo. Si bien empezó como un lugar de trabajo, en los últimos tiempos se convirtió en otra cosa: es uno de los lugares en donde tanto el kirchnerismo como grupos de izquierda están reclutando militantes.
El crecimiento de este asentamiento no vino sólo, claro que no. Como reflejo de eso el 24 de marzo de este año el diputado nacional Andrés “cuervo” Larroque junto a Luis D’Elia, Agustín Rossi (Ministro de Defensa) y Gabriel Mariotto inauguraron las cloacas en el barrio. Según testimonios de algunos vecinos que se animaron a dialogar con la prensa, la obra dejo mucho que desear.
Desde La Carbonilla, Hebe de Bonafini planea regresar a su plan de construir viviendas, pero esta vez sin Sergio Schoklender. Quien la acompaña en esta ocasión es el General Cesar Milani, pero la presencia de los uniformados no es consta ni de gran utilidad para los vecinos. La villa está rodeada de depósitos de cartones, un tren que pasa de largo, fábricas abandonadas y la reaparición del “vatayon militante”.
El diputado porteño Alejandro Bodart (Movimiento Socialista de los Trabajadores – Nueva Izquierda), dijo al respecto: “uno de los grandes reclamos de la villa es la urbanización” y luego agregó: “el 17 de mayo fui convocado por un grupo de vecinos y alertado por una situación muy compleja como es el ingreso del personal militar a la villa y el desembarco de la agrupación La Cámpora, con recursos del estado nacional”. Con respecto a las elecciones realizadas el 8 de junio comentó “la lista de La Cámpora solo gano con 29 votos de diferencia sobre la otra lista, que representaba un poco a los vecinos independientes no alineados con el gobierno nacional y distintas agrupaciones”. También se refirió a la parte que le toca al macrismo: “El Gobierno de la Ciudad se desentiende un poco de villas como la de La Carbonilla porque son terrenos que dependen de Nación por estar en tierras del ferrocarril”. Por último se refirió a una cruda realidad que afrontan los habitantes de esta villa (al igual que en las demás villas): “En La Carbonilla hay gente que ha hecho de la adversidad una forma de vida, chocan con un estado nacional y de ciudad que tratan de usarlos sobre todo cuando se vienen procesos electorales, pero ninguno tiene una real política de urbanización, ni de viviendas”.
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