lunes, 25 de junio de 2018

Los árboles son patrimonio de la Ciudad: mitos y verdades sobre la poda invernal

Los múltiples beneficios que aportan los árboles y otras formas de vegetación en zonas urbanas en donde vive más del 50% de la población mundial y donde se pronostica que vivirá el 70 % de los habitantes del Planeta para el 2050 son conocidos por todos.
Desde actuar como filtros a 30 mts. a su alrededor hasta enfriar el aire, extraer carbono de la atmósfera y liberar vapor de agua, como ser el hábitat de la vida silvestre hasta favorecer el escurrimiento del agua de lluvia. La fotosíntesis que realizan las plantas verdes es la transformación de la materia inorgánica en materia orgánica gracias a la energía que aporta la luz. Las plantas capturan y almacenan el dióxido de carbono y liberan el oxígeno al medio ambiente. El oxígeno que necesitamos los seres vivos para poder vivir es un producto del proceso de fotosíntesis.
En Buenos Aires para el año del censo de arbolado urbano había un árbol cada ocho habitantes. La cifra de un árbol por cada tres habitantes es lo que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS) para tener un aire de mejor calidad en las grandes ciudades.
Según el censo en 2015 en las veredas porteñas había 372.625 ejemplares. En la Ciudad de Buenos Aires se detectaron unos 300 tipos de árboles. Las principales especies son el fresno americano (143.405), el plátano (34.338), el tilo (17.284), el jacarandá (10.975) y el crespón (10.184)
Se entiende por arbolado público urbano a las especies arbóreas, las palmeras y las arbustivas manejadas como árboles, que conforman el arbolado de alineación y de los espacios verdes así como los implantados en bienes del dominio público del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Hay un tema muy polémico que es el tema de la poda del arbolado urbano. ¿Por qué podar? ¿En qué caso podar ? ¿Cómo podar ? “Podemos los meses que no tengan erre” es un mito, esta frase es uno de los tantos mitos o creencias equivocadas que muchas veces hemos escuchado.
Los profesionales aconsejan primero conocer de qué árbol estamos hablando luego de ser necesaria la poda respetar la forma natural del árbol. La poda debe realizarse en caso  de que sea peligroso para los peatones, interfiera con los servicios públicos, con  los medios de transporte público o en caso de tratarse de ramas enfermas mal ubicadas o muy pesadas que puedan ocasionar daño. Cada Comuna planifica la poda en su jurisdicción junto con la Secretaría de Atención y Gestión Ciudadana porteña.
El gobierno porteño dio por comenzada la temporada de poda de este año, que pretende alcanzar 70.000 árboles, el 20% de todos los que hoy existen en la Ciudad.
Antes de cada poda se realiza un informe por escrito de un ingeniero que releva cada árbol y establece qué trabajo se le debe realizar. En el momento de la poda otro ingeniero del plantel oficial presencia los trabajos. Y una semana más tarde  un fiscalizador de la Comuna verifica que el trabajo este bien realizado.
El árbol es patrimonio de la ciudad, no se puede sacar salvo que esté muerto, próximo a morir o tenga una inclinación que implique riesgo de caída para garantizar la seguridad de personas y/o bienes o por el trazado o mantenimiento de un servicio público.
Por un convenio firmado con la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires se sumó a 90 ingenieros agrónomos especializados en mantenimiento de especies arbóreas a los equipos de las comunas, encargadas de la fiscalización de la poda.
Los planes de poda con los detalles exigidos en la ley deben hacerse públicos.
La Ley de Arbolado Urbano Nº 3263 establece que antes de ejecutar cualquier intervención sobre el arbolado público debe realizarse una evaluación técnica de cada uno de los ejemplares afectados y consignarse el tratamiento que se realizará. Se exige que el personal que ejecute las tareas de evaluación técnica, plantación, poda, trasplante o tala sea idóneo, esté capacitado y se certifiquen sus competencias.

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