sábado, 4 de junio de 2016

Informe: se redujo la mortalidad infantil en la Ciudad de Buenos Aires

La mortalidad infantil es el indicador demográfico que señala el número de defunciones de niños en una población de cada mil nacimientos vivos registrados, durante el primer año de su vida.En 2015 la mortalidad infantil en la Ciudad de Buenos Aires se redujo al 6 por mil según la Dirección General de Estadísticas y Censos del Gobierno porteño. Se trata del dato más bajo de los últimos 25 años, de acuerdo con el informe, sin embargo representa el doble de los primeros puestos en el mundo.

Se trata de un indicador relacionado directamente con los niveles de pobreza y de salud, a mayor pobreza o menor calidad sanitaria, mayor índice de mortalidad infantil y constituye el objeto de uno de los ocho Objetivos del Milenio de las Naciones Unidas.
Los Objetivos de Desarrollo del Milenio, también conocidos como Objetivos del Milenio (ODM), son ocho propósitos de desarrollo humano fijados en el año 2000, que los 189 países miembros de las Naciones Unidas, entre ellos nuestro país, acordaron conseguir para el año 2015.
En 2015 los progresos realizados han sido evaluados y por otra parte se ha extendido la lista de objetivos, ahora llamados los objetivos de desarrollo sostenible.

Estos ocho objetivos son:

1. Erradicar la pobreza extrema y el hambre
2. Lograr la enseñanza primaria universal
3. Promover la igualdad entre los géneros y la autonomía de la mujer
4. Reducir la mortalidad infantil
5. Mejorar la salud materna
6. Combatir el VIH/SIDA, el paludismo y otras enfermedades
7. Garantizar la sostenibilidad del medio ambiente
8. Fomentar una asociación mundial para el desarrollo

Argentina es uno de los países mejor posicionado de América Latina respecto de la mortalidad materno-infantil, en tanto que los primeros puestos a nivel mundial los obtuvieron los países nórdicos Noruega, Finlandia, Islandia, Dinamarca y Suecia.
El promedio de la Ciudad, sin embargo, oculta las diferencias entre las distintas comunas, tal como sucede con el promedio nacional y las diferencias provinciales. Las comunas del sur tienden a tener una tasa de mortalidad más elevada a las del norte.
Los extremos son la Comuna 4, que engloba a La Boca, Barracas, Parque Patricios y Nueva Pompeya, donde la tasa en 2013 fue de 11,5; y la Comuna 13, integrada por Nuñez, Belgrano y Colegiales, donde en el mismo período fue de 5,3, de acuerdo al último anuario estadístico de la Ciudad de Buenos Aires.
La mortalidad durante el primer año de vida puede dividirse en dos etapas principales, cada una de ellas con una causa diferente: la mortalidad neonatal que ocurre durante las primeras cuatro semanas de vida y la mortalidad postneonatal, que se produce durante el resto del primer año de vida. En ese sentido, la primera sirve como indicador del componente de la mortalidad infantil que puede atribuirse a factores endógenos mientras que la tasa postnatal sirve como indicador de la mortalidad infantil de origen exógeno (enfermedades infectocontagiosas, del aparato respiratorio, diarrea y enteritis). El informe destaca que en la etapa neonatal, las muertes se redujeron gracias a la atención durante el embarazo y el parto, y en la postneonatal, debido a la prevención y el tratamiento. La tasa de mortalidad infantil, que incluye a los niños que mueren antes de cumplir un año sobre cada mil que nacen, intenta resumir en un número el nivel de bienestar general de la población, ya que está atada a las condiciones de vida, la higiene, el acceso al agua potable, la atención médica que recibe la madre y otros factores. Así lo explica un documento de la Organización Panamericana de la Salud (OPS). En general se acepta que el proceso de crecimiento y desarrollo del niño es muy sensible a condiciones de vida adversas. Se considera que las condiciones de vida —que expresan características ambientales, económicas, históricas, culturales y político-ideológicas de los conjuntos sociales— alcanzan un fuerte impacto en las probabilidades de enfermar y, secundariamente, morir en ese tramo de la vida. En consecuencia, el nivel de la mortalidad infantil es considerado como un indicador del grado de desarrollo de las condiciones de vida prevalecientes en una población y se utiliza en la evaluación de la situación de la infancia y de la salud de un país.
Entre otras cosas, la ONU apuesta por soluciones "simples, de gran impacto y rentables" para reducir la mortalidad infantil, como la atención especializada en la etapa prenatal, durante el parto y en la etapa posnatal, la lactancia materna, la inmunización, los mosquiteros tratados con insecticida y el agua y el saneamiento mejorados. En la Argentina, la causa principal de muertes de bebés son las afecciones perinatales, que provocan la mitad de todos los decesos (50,4 por ciento), y entre ellas, las más importantes son la prematurez y el bajo peso al nacer, seguidas de la dificultad respiratoria del recién nacido y la sepsis bacteriana. En en segundo término aparecen las malformaciones congénitas (28,5 por ciento del total de las muertes), con el mayor peso de las malformaciones cardíacas. El Informe sobre Desarrollo Humano 2013  aclara que “la educación de las madres es más importante para la supervivencia infantil que los ingresos o el patrimonio familiar”. La Organización Mundial de la Salud  concluye que, a nivel mundial, casi el 75% de las muertes son a causa de seis enfermedades: problemas neonatales, neumonía, diarrea, paludismo, sarampión y VIH/SIDA y el 58% de las defunciones se deben a enfermedades infecciosas. De acuerdo con datos del Banco Mundial, los países con menor mortalidad infantil en América son Cuba y Canadá con el 4 por mil.  Nuestro país con 11 por mil (2015) está aún lejos de los primeros puestos ocupados por Suecia, Noruega, Luxemburgo, Japón ,Finlandia, Estonia, Eslovenia, Andorra con el 2 por mil.

Fuentes de datos estadísticos:

http://datos.bancomundial.org/indicador/SP.DYN.IMRT.IN
http://publicaciones.ops.org.ar/publicaciones/pubOPS_ARG/pub51.pdf

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