martes, 18 de octubre de 2016

Pondrán una placa en la casa en donde vivió Maradona en La Paternal

Será un homenaje por cumplirse 40 años de su debut profesional en el fútbol argentino. La vivienda está situada en Lascano 2257, entre Gavilán y Bernardo de León, en el limite entre La Paternal y Villa del Parque.

La casa de Lascano 2257 fue transformada en un museo después de haber sido recuperada por la Junta de Estudios Históricos de los barrios de La Paternal y Villa General Mitre. El museo fue inagurado en 2015 y allí se puede ver una estatua de Maradona hecha en escala natural. Aparte conserva los muebles que usó cuando vivió allí. Los sábados abre sus puertas a los vecinos y admiradores maradonianos.
Tras esa iniciativa, los legisladores porteños aprobaron un proyecto de los diputados Roberto Quattromano y Daniel Del Sol, ambos del PRO, que propusieron colocar una placa en el hogar en que vivió Diego Armando Maradona, a 40 años de su debut profesional en Argentinos Juniors, cuando tenía apenas 15 años de edad. Aquel partido entre “los bichitos” y Talleres de Córdoba –en el que los visitantes se impusieron por 1 a 0- se disputó en La Paternal el 20 de octubre de 1976. En ese encuentro, Diego Maradona entró al finalizar el primer tiempo con la camiseta 16 por el volante central Rubén Giacobetti.  “Yo era volante central y ése día Montes me puso por la banda izquierda porque quería contener a los volantes de Talleres, que tenía un gran equipo. No jugué bien y por eso en el entretiempo salí para que entrara Diego. Ya en los partidos de las divisiones juveniles mostraba que era un fenómeno”, contó Giacobetti sobre aquella histórica sustitución.
Maradona, luego de haber jugado en el equipo infantil “Los Cebollitas”, fichó para Argentinos Juniors y había saltado en el año 1975 de la Octava a la Quinta División, y en 1976 empezó a entrenarse con el primer equipo. En el club era una gran promesa y muchos le pedían al entrenador Montes que lo hiciera debutar.
En aquel partido contra Talleres, Argentinos formó con Carlos Munutti; Alfonso Roma, Ricardo Pellerano, Miguel Gette y Humberto Minutti; Carlos Fren, Rubén Giacobetti (en el entretiempo entró Diego Maradona) y Mateo di Donato; Jorge López, Carlos Alvarez y Sebastián Ovelar (a los 26 minutos del segundo tiempo entró Ibrahim Hallar). Muchos no se imaginaban que serían testigos privilegiados del debut del mejor futbolista de todos los tiempos.
Se dice que el técnico del “bicho” le dijo a Diego al ingresar: “Vaya pibe. Juegue como usted sabe y si puede, tire un caño”. Y en la primera pelota que tocó, Maradona le hizo un caño a su marcador, Juan Cabrera.
“La vivienda es un homenaje en vida al mejor futbolista de todos los tiempos. Mantiene intacta la estética de aquellos años en los que comenzó a mostrar lo que después ratificó en canchas de todo el planeta. Gracias a su fútbol, el barrio y el club pudieron trascender y ser reconocidos mundialmente”, dijo el diputado Quattromano, autor de la iniciativa.
Dos años después de su debut, los dirigentes de Argentinos le cedieron la casa de la calle Lascano al muchacho oriundo de la localidad de Villa Fiorito para que pudiera vivir a cinco cuadras del estadio que con el tiempo llevaría su nombre. El 19 de octubre de 1978, Maradona durmió allí por primera vez, cuando estaba por cumplir dieciocho años.
Según lo que muestran las fotografías del Diario Popular de aquella época, algunas marcas de identidad de la vivienda están intactas. El frente, la puerta, las baldosas oscuras en forma de rombos sobre la vereda.
La casa había sido comprada por el abogado y profesor titular de la cátedra “Daños en el deporte”, de la Facultad de Derecho de la UBA, Alberto Pérez, ex dirigente de Argentinos en varios períodos y adversario político de Luis Segura. Tras ello, en conjunto con organizaciones del barrio, decidió que funcione como museo. El mismo Pérez dice sentirse un “historiador porteño”.
Diego Maradona habitó esa casa hasta fines de 1980. Al año siguiente, lo vendieron a Boca. Los dirigentes del “bicho” habían podido retenerlo por casi cuatro años gracias a los aportes de las empresas estatales YPF y Austral. Mientras vivió en esa casa, Maradona fue campeón mundial juvenil en Japón con la selección argentina, mientras disfrutó de un régimen especial que le permitía ausentarse de los cuarteles cuando el fútbol lo requería, mientras cumplía con la vieja “colimba”.

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