martes, 26 de abril de 2016

Cerca del 10 por ciento de los porteños no accede al agua potable

En Argentina, el consumo medio de agua potable a nivel nacional real es del orden de los 180 litros por habitante por día, superando el promedio recomendado por la OMS
(Organización Mundial de la Salud). La OMS considera que la cantidad adecuada de agua para consumo humano –para beber, cocinar, higiene personal y limpieza del hogar- es de 50 litros por habitante por día. A estas cantidades debe sumarse el aporte necesario para la agricultura, la industria y, por supuesto, la conservación de los ecosistemas acuáticos, fluviales y, en general, dependientes del agua dulce. Teniendo en cuenta todos estos parámetros, se considera una cantidad mínima de 100 litros por habitante por día.
Sin embargo no todos los habitantes gozan de la misma disponibilidad, ni de igual calidad de agua potable, especialmente esto ocurre en las villas y asentamientos urbanos en donde el agua mucha veces es escasa y de dudosa calidad para la alimentación humana. Existen dos tipos de asentamientos precarios: las villas de emergencia y los asentamientos propiamente dichos. En ambos casos se trata de urbanizaciones creadas por los mismos sectores populares en su necesidad de producirse un hábitat.  Las villas de emergencia son barrios a los cuales se accede por medio de pasillos estrechos y tienden a crecer en altura ya que la disponibilidad de suelo es escasa o nula. En cambio, los asentamientos, que suelen ser más recientes que las villas, buscan mantener la trama urbana como continuidad del tejido de la ciudad formal; los terrenos se encuentran, en su mayoría, subdivididos en parcelas que conforman manzanas, respetando el trazado de las calles; y su densidad poblacional es menor a la que se observa en las villas.


LOS ASENTAMIENTOS EN LA COMUNA 15
En la Comuna 15 sólo existen asentamientos urbanos que no alcanzan la categoría de villa. En el asentamiento “Playón de Chacarita” que comenzó a desarrollarse en el año 2001 residen aproximadamente 850 familias, hay conexiones clandestinas para poder acceder al agua y como crece la cantidad de habitantes es cada vez más difícil llenar los tanques o baldes. El playón pertenece a la Administración de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF) de la Nación. Ocupa sólo un par de manzanas donde antes funcionaba una playa de maniobras del ferrocarril, entre Teodoro García, Fraga y Céspedes.  Su población aumentó enormemente en los últimos años, hoy viven más de 5.000 personas. La gente entra y sale continuamente por Fraga y Palpa, la entrada principal.
Según datos oficiales, existen en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires 14 villas y 21 asentamientos, en los que viven alrededor de 275.000 personas (el 9% de los porteños).
En la Comuna 15 existen cuatro asentamientos donde vive alrededor del 1,3 % de la población de la Comuna. Ellos son:

1.-Biarritz (en La Paternal)

2.-La Carbonilla (en La Paternal)
 
 3.-Fraga (en Chacarita )

4.- Charlone 2500, detrás de donde se ubicaba la planta de Fúrfuro. (en Villa Ortúzar).

5.-Warnes y Jorge Newbery: El asentamiento de La Paternal fue trasladado, pero nuevos habitantes se instalaron junto a las vías

Estas cifras contrastan con las del Relevamiento de Asentamientos Informales realizado por “Techo” en 2013. Esta es una organización no gubernamental latinoamericana, sin inclinaciones políticas ni religiosas, orientada a superar la extrema pobreza, a través del trabajo de jóvenes voluntarios y pobladores de asentamientos precarios, quienes en un trabajo conjunto, buscan soluciones concretas para obtener una vivienda digna y así combatir la desigualdad social.
El 93% de las villas y asentamientos porteños tiene una conexión irregular a la red pública de agua; sólo en el 5% de los casos las familias disponen de una conexión formal, y el 2% de los asentamientos se abastecen a través de un camión cisterna u otros métodos.
El informe destaca que algunos de los inconvenientes que trae el uso de agua proveniente de una conexión irregular son, por ejemplo, la poca presión y el hecho de que las mangueras suelen pincharse, lo que provoca su contaminación.
Un grupo de vecinos de Playón de Chacarita, realizó presentaciones a Aysa y a la Defensoría del Pueblo de la Ciudad.  En 2010, empezaron a llegar los camiones cisterna, y cuatro años más tarde Aysa abrió algunas bocas de agua en la periferia: los mismos vecinos hicieron las conexiones, pero son muy débiles, con poca presión.
Quienes viven allí esperan todos los días que el camión cisterna estacione en la única entrada que tiene el asentamiento. Las mangueras se desenrollan en los pasillos serpenteando entre agua estancada, excrementos de perros y por encima de los pozos ciegos comunitarios (ahí no hay cloacas) que desbordan cada vez que la lluvia cae fuerte.

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