Un genio de las letras y viajero impenitente e intelectual abierto. Un nómade que nació en Bruselas, se nacionalizó francés, vivió en Argentina, y huyó a causa de las juntas militares. Acá en Buenos Aires, estudió en la Escuela Normal de Profesores. Dictó clases en la Universidad de Cuyo. Hasta que una beca lo empujó a París. Ahí se perfeccionó y fue como traductor de la UNESCO. En su pensamiento político elogio y divulgó la causa revolucionaria comandada por Fidel Castro, con quien formo una amistad que agitó a la prensa hispanoamericana. Otras manifestaciones en el ámbito político quedaron reflejadas en el libro Dossier Chile. Las páginas expresan su acérrima defensa hacia los derechos humanos. Formó parte del Tribunal Russell II (1973), que juzgó en Roma los crímenes llevados a cabo por las dictaduras latinoamericanas.
Su obra
En 1949 saca una de sus primeras obras llamada “Los reyes”, que se trata de un poema en prosa centrado en la leyenda del Minotauro. Para Cortázar, el mundo exterior es un laberinto del que el ser humano deberá escapar. Esta premisa surrealista se destaca en la mayoría de sus escritos. En sus cuentos sacó a relucir el extraordinario manejo del lenguaje coloquial, y la incomparable capacidad de crear entornos fantásticos, sugestivos e inquietantes; que solo se pueden comparar con Jorge Luis Borges. Estos llamativos atributos, lograron la consigna básica del arte de las letras: cautivar al lector. A pesar de la disolución de la realidad, de lo insólito, del humor o del misterio. Entre el relato imaginativo puede señalarse: Historias de cronopios y de famas (1962), La vuelta al día en ochenta mundos (1967) o Último round (1969). Al igual que Edgar Allan Poe, Cortázar incurrió en breves ensayos. Proponiendo un enfrentamiento entre el relato y la novela. Varios acontecimientos sucesivos contra un acontecimiento principal. Casi todos los cuentos que escribió pertenecen al género llamado fantástico, y se oponen a ese falso realismo que consiste en creer que todas las cosas pueden describirse y explicarse. La literatura de Cortázar está al margen del realismo ingenuo. Sin embargo, tenía la certidumbre de que existían ciertas constantes, valores que se aplicaban a todos los cuentos, fantásticos o realistas, dramáticos o humorísticos. Julio Cortázar pensaba que todos los escritores debían hacer un stop en el camino de novelista y analizar el poder del cuento.
Su obra
En 1949 saca una de sus primeras obras llamada “Los reyes”, que se trata de un poema en prosa centrado en la leyenda del Minotauro. Para Cortázar, el mundo exterior es un laberinto del que el ser humano deberá escapar. Esta premisa surrealista se destaca en la mayoría de sus escritos. En sus cuentos sacó a relucir el extraordinario manejo del lenguaje coloquial, y la incomparable capacidad de crear entornos fantásticos, sugestivos e inquietantes; que solo se pueden comparar con Jorge Luis Borges. Estos llamativos atributos, lograron la consigna básica del arte de las letras: cautivar al lector. A pesar de la disolución de la realidad, de lo insólito, del humor o del misterio. Entre el relato imaginativo puede señalarse: Historias de cronopios y de famas (1962), La vuelta al día en ochenta mundos (1967) o Último round (1969). Al igual que Edgar Allan Poe, Cortázar incurrió en breves ensayos. Proponiendo un enfrentamiento entre el relato y la novela. Varios acontecimientos sucesivos contra un acontecimiento principal. Casi todos los cuentos que escribió pertenecen al género llamado fantástico, y se oponen a ese falso realismo que consiste en creer que todas las cosas pueden describirse y explicarse. La literatura de Cortázar está al margen del realismo ingenuo. Sin embargo, tenía la certidumbre de que existían ciertas constantes, valores que se aplicaban a todos los cuentos, fantásticos o realistas, dramáticos o humorísticos. Julio Cortázar pensaba que todos los escritores debían hacer un stop en el camino de novelista y analizar el poder del cuento.
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