jueves, 29 de diciembre de 2016

Primer paso hacia la reurbanización

Fuente: Tras Cartón

La división del predio en cuatro zonas y la creación de una Mesa de Gestión Participativa son algunas de las principales disposiciones de la ley de reurbanización e integración socio-urbana del barrio Playón Chacarita, aprobada en primera lectura por el Legislativo local.
Se trata del asentamiento conocido también como Villa Fraga, ubicado en plena zona urbana del barrio de Chacarita, de la Comuna 15. Está emplazado en terrenos lindantes con la estación Federico Lacroze del ferrocarril Urquiza y delimitado de un lado por las vías del ferrocarril y enmarcado entre las calles Fraga, Teodoro García, Céspedes y Guevara, y la avenida Elcano.
Según consta en los fundamentos de la norma, la primera ocupación de esos terrenos se remonta a la década del sesenta, cuando el Estado nacional entregó precariamente porciones de tierra del patrimonio ferroviario a los trabajadores del ferrocarril y a sus familias. Hubo un segundo movimiento poblacional durante fines de los 90 y principios del 2000 y un tercero desde 2007 hasta 2011, con el cual el crecimiento del barrio dejó de ser paulatino.
La Legislatura sancionó la ley en la última sesión del año, celebrada el 15 de diciembre, y después de un debate varias veces interrumpido por manifestaciones a favor y en contra de sendos sectores de la barra.

El proyecto correspondiente, suscripto por la presidenta de la Comisión de Vivienda de ese cuerpo colegiado, Lía Rueda (PRO) y sus compañeros de bancada Carmen Polledo y Francisco Quintana (PRO), tuvo despacho conjunto de las Comisiones de Vivienda, Planeamiento Urbano y Presupuesto, que elaboraron un texto consensuado con legisladores de otros bloques.
A su vez, Adrián Camps (PSA) y Marcelo Ramal (FIT) firmaron un despacho de minoría, en tanto que María Rosa Muiños (BP) optó por apoyar al de mayoría, con disidencias parciales.
Según el procedimiento establecido por la Constitución local, dentro de los treinta días deberá convocarse a audiencia pública y posteriormente se celebrará una nueva sesión para la aprobación definitiva.

La ley
Conforme lo establecido en su primer artículo, la ley tiene por objeto “la reurbanización, zonificación e integración social, cultural, ambiental y urbana del barrio denominado Playón Chacarita, ello basado en los principios de igualdad, de justicia espacial, de integración, de no discriminación y del derecho a la Ciudad”.
La norma divide el predio en cuatro zonas. La Zona I, que a su vez se subdividirá en a y b, tendrá usos permitidos para vivienda colectiva, residencia comunitaria, locales comerciales con y sin exigencia de estacionamiento o carga y descarga, locales comerciales de afluencia masiva, servicios para la vivienda y sus ocupantes, servicios públicos a escala barrial, establecimientos de sanidad y educativos y cultura, culto y esparcimiento.
En cuanto a la Zona II, será de Urbanización Parque y equipamiento, con usos permitidos para establecimientos de sanidad y educativos, cultura, culto y esparcimiento, y plaza pública, mientras que la Zona III tendrá el carácter urbanístico de zona residencial con actividades complementarias de comercio minorista, servicios terciarios y equipamiento. Por último, la Zona IV, de cuya superficie total el 65% deberá cederse al espacio público y el 35% será destinado a superficie edificable, estará asignada al uso residencial con densidad media y media alta, en la cual se admiten usos compatibles con la vivienda.
Por otra parte, la ley crea la Mesa de Gestión Participativa (MGP) “con el objeto de garantizar e instrumentar la participación de los vecinos del barrio en todas las etapas del proceso de reurbanización”. El organismo estará conformado por el Instituto de Vivienda de la Ciudad –IVC-, la Junta Vecinal integrada por la Comisión Directiva y los delegados de cada manzana del barrio, y la Defensoría del Pueblo, y “deberá invitar a dos vecinos por manzana, distintos de los delegados, quienes tendrán derecho a expresar su voz y ser oídos en el proceso de deliberación y decisión”. Además, “convocará periódicamente a asambleas generales en el barrio para garantizar el acceso a la información y la participación de los vecinos en el proceso de reurbanización”.
Según la norma, “será objeto de tratamiento en la MGP el desarrollo de las etapas de diagnóstico, elaboración, ejecución, control, monitoreo y evaluación del Proyecto Integral de Reurbanización (PIRU) del barrio”, que comprenden el “diseño y ejecución del relevamiento y diagnóstico socio-espacial” y la “definición de los criterios adecuados” para, entre otras cosas, la construcción de vivienda nueva, el mejoramiento de viviendas existentes, la apertura y consolidación de vía pública, calles vehiculares y senderos peatonales, la provisión de infraestructura de servicios urbanos, el respeto de las actuales actividades productivas y económicas y la situación de los inquilinos.
Asimismo, tendrá a su cargo definir los inmuebles a recalificar, la prolongación, apertura y ensanche de calles, pasajes y pasillos existentes y los criterios de adjudicación de viviendas y soluciones habitacionales definitivas.
A su vez, el Gobierno de la Ciudad “promoverá el acceso al crédito mediante programas dirigidos a brindar una solución habitacional definitiva para aquellas familias del barrio que deseen relocalizarse”.
Por otra parte, “la escrituración, tanto de las viviendas nuevas como de las viviendas existentes mejoradas, no podrá realizarse hasta tanto la unidad cuente con las conexiones internas domiciliarias a los servicios públicos de agua, electricidad y desagües cloacales, efectuadas, regularizadas y en correcto funcionamiento”.
Al respecto, el Ejecutivo local “a través de los organismos técnicos competentes, gestionará y/o realizará la adecuación de infraestructura a los fines de lograr el correcto funcionamiento de los servicios públicos”.
En ese contexto, “la infraestructura de servicios públicos será diseñada y ejecutada teniendo en cuenta los relevamientos y estudios demográficos que permitan determinar la población futura correspondiente a un horizonte de diseño de 20 años”.
Además, las empresas y cooperativas adjudicatarias de las obras a realizarse en el barrio deberán contratar, para su ejecución, a un 20% de personas que habiten en el lugar, a las que deberán garantizarse los derechos del convenio colectivo de trabajo correspondiente a la actividad que realicen.
La ley advierte asimismo que las acciones implementadas en su marco “no podrán implicar la realización de desalojos forzosos” y que “en todos los casos, se garantizará a la familia a ser relocalizada una solución habitacional dentro del barrio con características similares o superiores a la vivienda que ocupaba”.

El debate
Como miembro informante expuso Lía Rueda, en su doble condición de presidenta de la Comisión de Vivienda y autora del proyecto, al que consideró elaborado “en beneficio de los vecinos más vulnerables de nuestra ciudad”, y afirmó que “el barrio Playón Chacarita está dando un paso más para integrarse plenamente en lo social y en lo urbano”.
En su breve intervención, entrecortada por las expresiones del público, dijo también: “Hemos recorrido un camino de diálogo que ha llegado al texto consensuado que hoy vamos a votar, con un jefe de Gobierno firmemente decidido a abordar las problemáticas de los habitantes de las villas con las posibilidades de intercambio sincero con los vecinos, las organizaciones sociales y otros legisladores; con un IVC activo en pos de la urbanización; con un Gobierno Nacional que nos apoya y acompaña en cada acción que tenga que ver con mejorar la vida de los vecinos de la ciudad”.
Y agregó: “Agradezco el trabajo en conjunto del director de la Comisión de Vivienda, del IVC, de todo el equipo que tanto hizo para que hoy podamos votar este proyecto, de diputados de otros bloques y de asesores que trabajaron muchísimo para mejorarlo”.
“Juntos se puede”, concluyó.
Seguidamente, Ramal empezó un extenso discurso asegurando que el proyecto es parte de “una política que el Gobierno llama de ‘integración social urbana’, pero que siempre es el resultado –a veces solo la excusa– de operaciones inmobiliarias, o de otros intereses que no son los de los vecinos del barrio”.
Después de precisar que el predio involucrado en el proyecto y en el dictamen “es una superficie muy importante y extensa”, señaló que “cualquiera que recorra el barrio se va a dar cuenta de que necesita un intenso trabajo de esponjamiento –es decir, de absorción de familias y de viviendas que hoy están en pasillos oscuros y en calles absolutamente estrechas– y que se debe dar lugar a una urbanización integral con un espacio adecuado”, y que ese concepto no estuvo presente “en el dictamen de mayoría que se aprobó en la comisión”.
En ese sentido, explicó que “el predio fundamental, todo el sector del terreno llamado Anexo IV, que limita con la avenida Elcano y que daría lugar para una verdadera urbanización, no está incluido” en ese dictamen.
Se refirió a continuación al dictamen de minoría que, dijo, “contempla, entre los objetivos urbanos, abrir la avenida Triunvirato y las otras calles, pero prioriza el derecho a la vivienda social, a las actividades y, por qué no, a las actividades ecológicas y de economía social que también se radican en el lugar” y “establece una urbanización integral a partir de esas premisas”.
Por último, exhortó: “¿Por qué no votamos el dictamen de minoría y llevamos adelante el proyecto de urbanización del Playón de Chacarita, pero en los términos realmente adecuados para los derechos de los vecinos? De esta manera, no dejamos que se filtre una vez más una transacción inmobiliaria, que sería negativa para los vecinos”.
A continuación Hernán Rossi (SUMA +) anticipó el voto positivo de su bloque para el cual, dijo, “la urbanización de las villas de la Ciudad es prioridad”.
Después agradeció a Lía Rueda “por la predisposición y el diálogo mantenido, que tuvo como resultado la incorporación de varias cuestiones” que su bloque consideró fundamentales para que el proyecto “conlleve a una verdadera integración del playón a la trama urbana y social de la Ciudad”.
Por otra parte, resaltó: “El diálogo de los vecinos fue fundamental para nosotros, para conocer las fortalezas y también las debilidades de este proyecto. Creemos que su participación es vital para el éxito de la urbanización”.
A continuación, Paula Penacca (FpV) dijo que el proyecto “no es el ideal, distó de serlo cuando fue presentado”, pero resultó “un poco mejor” en el momento de debatirse en el recinto.
Después de otras consideraciones, que fueron interrumpidas varias veces por las manifestaciones de la barra, insistió en que la ley “no es la ideal, pero es una ley posible, sobre la que se ha trabajado muchísimo” y que “de alguna manera, construye los equilibrios necesarios entre todos los vecinos que viven en el playón”, de los cuales “algunos estarán de acuerdo con algunas cosas y otros estarán de acuerdo con otras cosas de este proyecto”.
Finalmente, anunció: “Vamos a acompañar esta norma con las cosas que ya pudimos incorporar, producto de la lucha y del trabajo de los vecinos: de los que se organizaron, de los que se sentaron, de los que conformaron la mesa de urbanización, de los que se pusieron a trabajar en las propuestas, de los que hicieron volantes, de los que estuvieron de acuerdo desde el principio y de los que todavía hoy no están seguros”.
A renglón seguido María Rosa Muiños observó, acerca de la actitud del público: “Nosotros, en esta Legislatura, votamos la Ley de Urbanización de la Villa 20, en un proceso altamente virtuoso. Y no teníamos vecinos quejándose atrás nuestro. Al contrario, teníamos vecinos festejando. Y eso habla de una forma de construir y de hacer política”.
Sin embargo, adelantó: “Obviamente, nuestro bloque va a acompañar la urbanización, como hemos acompañado todos los proyectos de urbanización de las villas. Pero vamos a estar muy vigilantes y muy cuidadosos hasta la segunda lectura”.
Le sucedió en el uso de la palabra Javier Gentilini (FR) quien estimó “que ha habido un avance sensible por parte del Ejecutivo en relación con abordar la urbanización de distintos barrios” aunque, objetó, “son urbanizaciones muy parciales”.
Y continuó: “Hemos venido acompañando y apoyando distintas iniciativas a pesar de nuestras diferencias en lo que hace a la concepción del tipo de urbanización. En este caso particular, creemos que la suma de interrogantes o cuestiones por mejorar o resolver en relación con el proyecto de urbanización son bastantes más que en las iniciativas anteriores”.
Entre los reparos que puso, mencionó que “se utiliza un espacio para la construcción de edificios y viviendas nuevas que, encima, sufre la contradicción de estar ocupado para otros usos”. Puntualizó que “una parte tiene que ver con el terreno ocupado por la Mutual Sentimiento” y que “también tenemos los galpones que hoy ocupan algunas formaciones de trenes que tienen que ver con el Gran Capitán”. Explicó que se trata del tren que hacía el recorrido mesopotámico, y pronosticó: “Este proyecto –y si se cumple con la traza que de alguna manera está planteada– es la definitiva partida de defunción del Gran Capitán”.
Finalmente, después de considerar que “hay una serie de elementos que también abren interrogantes”, adelantó su abstención.
Luego fue el turno de Maximiliano Ferraro (CC), quien planteó “algunos interrogantes o dudas”, enfocados muchos de ellos “desde el punto de vista del planeamiento urbano”.
Así, expuso, entre otras cuestiones, que “en el debate no quedó clara la cantidad de unidades funcionales, ni cuántos metros cuadrados tiene cada una”. Aclaró que “esto no es responsabilidad del IVC, pero la Secretaría de Transporte o la de Desarrollo Urbano no explicaron cuál es la intención de tener cinco carriles en la avenida Triunvirato en esa parte de la Ciudad de Buenos Aires”.
En cuanto al proceso de integración, subrayó que “no sólo se trata de la construcción de soluciones habitacionales y de presencia de lo público con la apertura de calles, espacios públicos y espacios verdes, sino también de ver de qué manera se integra la vida actual y comunitaria de lo que sucede para bien o para mal, en armonía o no, a esa zona de la Ciudad de Buenos Aires”.
Finalmente, después de anunciar que su bloque no iba a acompañar el proyecto, acotó: “Si hoy la presidenta de la Comisión de Vivienda introdujera pequeños cambios, nosotros lo hubiéramos acompañado, más allá de las consideraciones generales o particulares que ya hice”.
Le sucedió en la lista de oradores Roy Cortina (PS), quien desde el principio anticipó el apoyo de su bloque a la iniciativa. Y aventuró: “De todos los procesos de urbanización de villas que hemos tratado este año, desde mi punto de vista, es el que menos vinculado está con los intereses inmobiliarios compensatorios de la erogación que tendría que hacer el Estado”.
Después, con tono encendido, instó a los diputados a “poner arriba de las bancas de este recinto todo lo que hay que poner para que se sancione la urbanización de esta villa y no mostrar a la política dividida” y a “no profundizar la división o las diferencias que puedan tener las distintas organizaciones vecinales”.
En ese momento arreciaron las manifestaciones de la barra, que ya lo habían interrumpido antes. Cortina dijo entonces: “Está muy bien que esta Legislatura funcione así, con la presión de los vecinos al lado nuestro. Está perfecto. No hay ningún problema”.
Siguió con su exposición y el público con sus exteriorizaciones, a las que más de una vez el legislador no vaciló en contestar.
Por último, manifestó su absoluto convencimiento de que “el voto favorable es el sentido correcto para avanzar en la urbanización y correr de lado la postergación en la que han quedado sumidos, durante años, cientos de miles de porteños”.
Cerró el debate la brevísima intervención de Maximiliano Sahonero (PRO), quien sostuvo que “jamás podría estar en contra de una urbanización” y agregó: “Nuestra voluntad es trabajar junto a cada uno de los vecinos”.
“Esta no es una ley más, sino que estamos urbanizando otra villa más”, concluyó.
Sometido a votación, el proyecto resultó aprobado por 46 votos a favor, ninguno en contra y las abstenciones de Adrián Camps (PSA), Marcelo Depierro (CP), Maximiliano Ferraro (CC), Gabriel Fuks (CNM), Javier Gentilini (FR), Paula Oliveto Lago (CC), Marcelo Ramal y Laura Marrone (FIT) y Fernando Vilardo (AyL).

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