En 2011, ACUMAR llamó a licitación para implementar una experiencia piloto para evaluar si las técnicas de biorremediación eran aplicables para las aguas de toda la cuenca. El presupuesto era de $ 2.100.000. La adjudicataria fue MDT S.A., que montó una planta en Lomas de Zamora en el Arroyo del Rey, el segundo afluente más contaminado que descarga sus aguas en el Riachuelo. Esta planta, que funcionó siete meses, procesaba 10 mil litros de agua por hora y los devolvía al arroyo, limpios. El oxígeno por litro aumentó de 2 a 7 miligramos, cuando ya desde los 4 miligramos es posible que se desarrolle vida.
En la cuenca hay 13.000 establecimientos industriales, 1.397 de los cuales fueron declarados como agentes contaminantes. Según ACUMAR, sólo 412 de estas industrias fueron reconvertidas ambientalmente y hay otras 512 en proceso.
Con una inversión total de 300 millones de dólares, se podría limpiar el agua y aumentar el oxígeno disuelto a entre 5 y 6 miligramos por litro. El río pasaría a ser para Uso IV, es decir, apto para el desarrollo de actividades recreativas pasivas y de vida acuática“.
El agua se limpia mediante procesos de aireación, biodegradación enzimática, coagulación de los contaminantes, un primer filtrado, ozonización y un filtrado final por capilaridad. La propuesta de Ferrari es que las propias industrias financien el sistema pagando una tasa por saneamiento, hasta que efectivamente se reconviertan y demuestren que no contaminan.
En ACUMAR reconocen que el sistema sirve, pero argumentan que el costo-beneficio de implementarlo no es eficiente, al menos hasta que se logren controlar los vertidos industriales y cloacales.
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