jueves, 28 de enero de 2016

Los camalotes complicaron el abastecimiento de agua

Las fuertes lluvias del lunes pasaron pero sus rastros siguen hasta hoy. Subió el rio, como sucede habitualmente con los fuertes vientos del sur. Y al finalizar, cuando pensaron que todo había pasado, las costas del Río de la Plata quedaron llenas de camalotes. Esta situación dificulta el trabajo de la empresa AySa de extraer el agua y luego potabilizarla. Como consecuencia, algunos barrios de la capital como Villa Crespo y Villa Ortúzar se encuentran sin agua. La planta a cargo es General San Martín. Para que haya agua deberá bajar la marea. Otra de las consecuencias es la aparición de víboras en lugares como el Paseo de la Costa, eso ya en Vicente López. Las autoridades de AySa son optimistas al respecto y dicen que los camalotes se desprenderán de la costa en los próximos días para así restablecer el suministro.

Aparte de la falta de agua, hubo rumores sobre la posible contaminación del agua potable de la Ciudad. Ante los frecuentes cortes de luz, el ministro de Energía y Minería Juan José Aranguren vinculó la invasión de camalotes con las causas de la falta de suministro eléctrico. Pero a continuación citamos la opinión de un especialista en el tema  para conocer las realidades y los posibles efectos como también "mitos" de esta prácticamente inédita invasión en la cuenca del Río de la Plata.

LA OPINIÓN DE UN ESPECIALISTA

En diálogo con la agencia de noticias Télam, el licenciado en Biología y especialista en plantas acuáticas Víctor Lallana explicó: "Los operativos que se están haciendo de limpieza son muy costosos y se entienden en función del temor de los animales que vienen sobre los camalotes; pero si no se hiciera nada, esta vegetación igual se dispersaría sola".
Lallana describió en su explicación que: "las plantas acuáticas, también llamadas macrófitas o hidrófitos, no tienen posibilidades de sobrevivir en la costa porteña ni bonaerense porque necesitan de climas tropicales o subtropicales".
Y siguió explicando: "Con el primer descenso de temperatura se morirían, pero es probable que antes de eso ya sean dispersados por las corrientes provocadas por los vientos".
Cinco personas fueron picadas por animales que llegaron en camalotes a la ribera quilmeña: cuatro fueron picaduras de culebras y una de araña.
"A excepción de un guardavida que fue picado en el tobillo, todos los demás tuvieron picaduras en las manos, producto de que estaban intentando agarrar las especies. Es importante recordar que no hay que hacer esto. Si se visualiza un animal de este tipo hay que identificar el lugar y dar aviso", indicó a la agencia Télam la secretaria de Salud de Quilmes, Elizabeth Barbis.
Esta funcionaria detalló que "las cinco personas se encuentran en buen estado de salud, y las que fueron picadas por culebras no necesitaron sueros, sólo se les aplicó tratamiento local en las mordeduras".
Sin embargo, remarcó que en estas dos semanas desde que se encontró la primera especie se hallaron cuatro yararás, que son serpientes venenosas, por lo que recordó que "la recomendación es no ingresar al agua ni transitar por la zona costera".
Retomando las declaraciones de Lallana, el especialista comentó que: "La aparición de estos animales, sobre todo de la yarará, es el principal problema que pueden ocasionar la llegada de los camalotes. También puede obstaculizar canales y dificultar la navegación pero sólo en algunos canales en tanto sobre la Ciudad de Buenos Aires y el sur es más difícil, y tampoco es posible que tapone las tomas de agua porque éstas se encuentran a mayor profundidad y los camalotes están sobre la superficie".
Asimismo, el especialista, que es vicedecano de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER), dijo que: "Lejos de perjudicar las aguas, los camalotes tienen una función importante en el saneamiento. Los camalotes son sistemas hidropónicos, es decir, que tienen sus raíces en el agua de donde sacan los nutrientes. Y en esta tarea de 'extracción' es que realiza una limpieza del agua".
Efectivamente, esta vegetación es utilizada para el tratamiento de aguas cloacales o de aguas con metales pesados, como complemento de otros sistemas de saneamiento.
"Esto no quiere decir que vayan a 'limpiar' el Río de la Plata porque la escala es muy grande y los vientos no ayudan, pero algo van a ayudar o al menos, no van a contaminar", resaltó.
El traslado de los camalotes río abajo después de las inundaciones es un proceso recurrente en la naturaleza: "Se da cada 10 ó 15 años e implica una forma de limpieza natural de las lagunas del valle del Río Paraná alto y medio, que es donde . Esta vez la magnitud fue superior, de hecho sólo hubo dos crecidas similares, una en 1905 y la otra en 1983", concluyó.

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