El ministro de Ambiente y Espacio Público de la Ciudad de Buenos Aires, Edgardo Cenzon, dijo que “No ha sido para nada lo que esperábamos, la verdad es que hubo problemas” y luego agrego que “El primer mes es generalmente de reacomodamiento porque las empresas cambiaron las zonas de servicio, de rutas de recolección y cuando cambian los choferes hay una adaptación”. Además, aseguro que desde que se inició el nuevo proyecto se registra varios recorridos incompletos de las rutas, falta de recolección de las bolsas que se encuentran tanto adentro como afuera de los contenedores, fallas en las barridas y faltantes de cestos de basura. Es por eso que el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires tomo rápidamente cartas en el asunto y multo a las concesionarias por más de 12.000.00 de pesos. La empresa que más sufrió la sanción económica fue CLIBA al ser multado por $ 6.700.000, seguido de AESA por $ 2.300.000. El resto de las sanciones fueron de $ 2.100.000 para ECOHABITAT, $ 500.000 para SOLBAYRES, $ 800.000 para ASHIRA y $ 200.000 para URBASER; respectivamente. El ministro aseguro que hubo una falta de planificación en el tema y por ende el servicio no estaba prestado como se había previsto, incluso reconoció que a mediados del mes pasado hubo un pico de desorden. El primero de octubre comenzó a dar marcha el actual servicio de Higiene Urbana en la Ciudad, bajo de la idea de que exista una recolección diaria en la ciudad. A excepción de las zonas menos pobladas, donde la frecuencia de recolección es un poco más baja y en las villas de emergencia, donde se incluye un sistema de limpieza especial. Por otro lado, se sumó la limpieza de excrementos de perro en la vía publica, el despegue de pegatinas, retiro de grafitis, pancartas, pasacalles y operativos de limpieza en eventos masivos.
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