Miles de personas se movilizaron en repudio a la última dictadura militar, levantando la ya clásica consigna de “Memoria, Verdad y Justicia”, reclamando el juicio y castigo a los represores así como de los cómplices civiles que participaron activamente. Asimismo, en los dos actos se criticó duramente la ley antiterrorista, exigiendo su derogación inmediata.
A pesar de ello, se realizaron dos actos separados con diferencias no menores. Mientras que en el oficialista, se destacaron las conquistas obtenidas durante el kirchnerismo y la necesidad de profundizar el proyecto, reivindicando claramente las políticas en materia de derechos humanos llevada adelante por el gobierno de turno, por su parte el acto de la izquierda puso el foco en el desplazamiento del actual Jefe del Ejército,César Milani, cuestionado también por diversos organismos de derechos humanos críticos de determinadas políticas de gobierno actuales. El acto opositor contó con la participación de agrupaciones de izquierda tales como el Partido Obrero, el PTS y el MST entre otros, siendo encabezado principalmente por Encuentro por la Memoria, la Verdad y la Justicia. En cambio, el acto oficialista contó con la participación de las Abuelas y las Madres de Plaza de Mayo, la agrupación HIJOS y de Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas.
Si bien en el acto Estela de Carlotto reivindicó claramente y abogó por la continuidad de de las políticas de gobierno llevadas adelante por el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, también llamó a “la unidad” para que el año que viene se realice una sola marcha, haciendo a un lado las diferencias políticas coyunturales. En este sentido, llamó a la realización de un único acto por el 24 de marzo que reivindique la democracia en sí, más allá de las diferencias partidarias y/o ideológicas, considerando que no hay una enemistad, sino simplemente diferencias de pensamientos entre aquellos que se movilizaron en el acto de la izquierda y el oficial.
A pesar de las diferencias explicitadas, en ambos actos se cuestionó duramente la Ley Antiterrorista así como la continuidad de César Milani al frente del Ejército. Sin embargo, la presencia en el primer acto de numerosos funcionarios y personalidades afines al gobierno (desde Aníbal Fernández hasta Zaffaroni y Víctor Hugo Morales) abre un interrogante acerca la severidad de las críticas realizadas hacia el gobierno.
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